PRENSA GAMEA | Vie 27.09.24
Con el mensaje “Mis manos son mi voz”, personas con discapacidad auditiva marcharon este viernes por las calles de la ciudad de El Alto. La actividad en conmemoración del Día Internacional de las Personas Sordas, fue impulsada por la Alcaldía. El objetivo fue generar conciencia sobre la falta de inclusión y participación social que enfrenta este sector de la población.
“Como municipio tenemos muchas políticas de inclusión y realizamos actividades como ésta marcha. Es momento de tomar en cuenta y valorar a este sector de la población, esforzándonos por comunicarnos con ellos y aprender el lenguaje de señas, ya que es muy difícil hacerlo sin un intérprete”, informó el secretario Municipal de Desarrollo Humano y Social Integral, Herlan Cabrera.
Durante el evento, se conoció que las personas con discapacidad auditiva aún enfrentan serias barreras para su integración plena en la sociedad. Además, existe un desconocimiento sobre sus capacidades, por lo que también se desarrolló una feria en la que se mostraron todas las habilidades.
La jornada comenzó con una marcha que reunió a asociaciones de personas sordas, centros de educación especial, unidades educativas inclusivas y la Federación de Personas con Discapacidad de El Alto. La caravana se inició en la avenida La Paz y recorrió la avenida Juan Pablo II hasta llegar a la Universidad Pública de El Alto (UPEA), donde se llevó a cabo la feria.
Allí se sensibilizó a la comunidad civil sobre la necesidad de un trato equitativo y el respeto de los derechos de las personas con discapacidad auditiva, quienes a menudo enfrentan rechazo en el ámbito social como laboral.
A través de una intérprete de señas de la Alcaldía, el presidente de la Asociación Central de Sordos de El Alto, José Quinta, sostuvo que “la mayor barrera” que enfrentan las personas con discapacidad auditiva es la comunicación. Dijo que es difícil para ellos ser entendidos.
Quinta enfatizó en la importancia de contar con más intérpretes y la necesidad de enseñar, al menos lo básico, del lenguaje de señas.
“Los problemas que enfrentamos generalmente están relacionados con la movilidad y la interacción con otros choferes, ya que las personas sordas también conducen y poseen una licencia de conducir morada, pero muchas veces, no somos comprendidos por la Policía y esto ocurre en diversas situaciones con otras personas”, precisó.
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DAA